Las palabras PRESCRIPCIÓN SOCIAL son un Oxímoron

Hoy lo he visto claro, se me ha ocurrido hablando con un compañero enfermero de Asturias. 

Escuché ese concepto por primera vez de la mano de Arcadi Oliveres. Lo usaba para referirse a aquella combinación de conceptos contradictorios.

En el enlace se puede ver un breve fragmento de una de sus conferencias donde lo explica, pone como ejemplos,  la Banca ética (si es banca no es ética), la carpintería metálica, o el fuego amigo… pues bien, yo hoy tengo otra para la colección: Prescripción social.

Dos palabras juntas, pero van a resultar contradictorias.

Lo social no se prescribe, se comparte, se habla, se negocia, se analizan preferencias, necesidades, habilidades y déficits, el otro es sujeto que participa y decide. Que modifica su pensamiento y modifica el nuestro, en relación.  Y a su vez ese sujeto forma parte de una realidad que a su vez pertenece a otra más amplia.

Cuando prescribimos, le decimos al otro lo que tiene que hacer. Cuando trabajamos desde lo social, rara vez debemos hacerlo.

Las palabras tienen importancia. A veces importamos palabras que en nuevas realidades y fuera de contexto pierden el valor y se tornan peligrosas si no nos andamos con mucho tiento.

Como cuando se habla de gestionar emociones, un término que a Paco Sáinz (psicoanalista al uso) le pone de los nervios.

Cuando venga esta noche le preguntaré, ¿gestionar emociones es un oxímoron?